Información y Precios

Adultos

1 sesión – 45 minutos 85 €
Pack de 4 sesiones – 45 minutos cada sesión
260 € (válido por 4 meses)

Niños: 12 – 17 años

1 sesión – 45 minutos 65 €
Pack de 4 sesiones – 45 minutos cada sesión
200 € (válido por 4 meses)

Bebés: recién nacidos – 12 años

Primer tratamiento – 45 minutos
50 €
Todos los tratamientos siguientes – 30 minutos
40 €

Servicio exento de IVA en virtud de lo establecido en el articulo 20.uno.3° Ley del IVA.

Personas adultas

  • 1 sesión – 45 minutos: 85 €
  • Pack de 4 sesiones – 45 minutos cada sesión: 260 € (válido por 4 meses)

Niños: 12 – 17 años

  • 1 sesión – 45 minutos: 65 €
  • Pack de 4 sesiones – 45 minutos cada sesión: 200 € (válido por 4 meses)

Bebés: recién nacidos – 12 años

  • Primer tratamiento – 45 minutos: 50 €
  • Todos los tratamientos siguientes – 30 minutos: 40 €

Servicio exento de IVA en virtud de lo establecido en el articulo 20.uno.3° Ley del IVA.

¿En qué casos puede ser beneficiosa la osteopatía para ti y para tus peques?

La osteopatía puede complementar y ser de ayuda en muchos ámbitos distintos.

Es una buena opción para apoyar y acompañar problemas y enfermedades agudas y crónicas.

La gestión del estrés, los dolores de cabeza, los trastornos del sueño, la fatiga y la propensión a las infecciones son solo algunas de las áreas en las que la osteopatía puede marcar la diferencia.

Ponte en contacto conmigo si tienes alguna duda y hablaremos de cómo puedo ayudarte.

Personas adultas

Cuándo ayuda la osteopatía:

Los y las osteópatas acompañan, apoyan y te ayudan a restablecer el equilibrio. Sirviéndome del ejemplo de los problemas en la mandíbula, explicaré brevemente cómo la osteopatía trata de redescubrir la salud en tu sistema.

La osteopatía en la articulación temporomandibular: disfunciones mandibulares y cráneo-mandibulares

Hay muchas conexiones entre los dientes, la articulación de la mandíbula, los músculos del cuello, la columna vertebral, la pelvis, los órganos, así como las emociones y el estrés. Tenerlos en cuenta en el tratamiento es la clave del éxito de la terapia osteopática.

El trabajo conjunto entre osteópatas y dentistas es clave para el tratamiento eficaz de problemas como los dolores musculares masticatorios y la articulación temporomandibular. Al trabajar ambos profesionales de la mano, conectando la osteopatía y la odontología, a menudo se consigue curar el problema tratado.

En la práctica, significa que osteópata y dentista se aúnan para encontrar las causas de la disfunción en el sistema estomatognático. El o la dentista se centra en inflamaciones, maloclusiones dentales, dentaduras postizas insuficientes, procesos patológicos en las articulaciones temporomandibulares, etc. El o la osteópata examina todo el cuerpo, incluida la articulación temporomandibular, en busca de malposiciones y disfunciones que puedan estar relacionadas con el dolor en la zona de la mandíbula.

La combinación de ambas formas de tratamiento suele proporcionar una curación más eficaz, rápida y duradera. En el caso del uso de férulas, por ejemplo, un tratamiento osteopático previo para relajar los músculos y regular las estructuras circundantes puede conducir a mejores resultados en la «mordida» (perfecta alineación del maxilar inferior y superior). El tratamiento osteopático también puede acompañar la labor del dentista en caso de implantación de brackets, reduciendo las posibles tensiones en el sistema cabeza-mandíbula y acelerando el tratamiento.

info y precios de osteopatía

Existen muchas conexiones entre los dientes y el resto del cuerpo

Por ejemplo, si los dientes están bien alineados en un lado, pero no en el otro, el cuerpo tiende a apretar los dientes para salvar esa diferencia. Ello causa una carga inadecuada de las articulaciones de la mandíbula y, por ende, dolores en los músculos o en las articulaciones de la mandíbula.

Como consecuencia, la cabeza se mantiene en una posición diferente y la columna cervical también soporta la carga de una manera distinta, por lo que la columna torácica y lumbar acaban contrarrestando esa desigualdad.

Otras consecuencias pueden ser la oblicuidad pélvica y el bloqueo de la articulación sacroilíaca (entre la pelvis y el sacro), problemas de cadera, dolor de pies o incluso de rodillas. Del mismo modo, una lesión en el pie, la rodilla, la cadera, la columna vertebral o los órganos puede provocar maloclusiones dolorosas en la mandíbula, desigualdades en el contacto de los dientes y dolor miofascial, así como dolores de cabeza y migrañas.

Asimismo, la elevación de los hombros puede ser un factor relacionado con el desplazamiento de la mandíbula inferior hacia un lado.

La dismetría en las piernas y las oblicuidades pélvicas pueden estar relacionadas con las asimetrías mandibulares. Si la columna vertebral se ve afectada por una escoliosis (curvatura lateral), la mandíbula inferior puede quedar desplazada. Los dientes pueden responder a estos cambios en forma de mordida cruzada.

Rechinar o apretar los dientes

Cuando la postura de la cabeza se desvía debido a la postura del cuerpo, la mandíbula inferior se desplaza automáticamente en esa misma dirección. Es decir, cuando la cabeza se inclina hacia atrás, la mandíbula inferior también se desplaza hacia atrás.

En caso de que, debido a una mala postura, este desplazamiento de la mandíbula sea permanente, puede producirse una tensión indebida en las articulaciones de la misma, los dientes pueden quedar desalineados y los músculos de la lengua pueden tensarse. Además, los músculos de la masticación trabajarán más de lo debido para tratar de corregir esa tendencia, lo cual puede provocar dolores de cabeza y de cuello.

El hecho de que los músculos masticadores trabajen con más intensidad y traten de corregir el contacto de los dientes puede provocar que el paciente no pueda evitar rechinar o apretar los dientes.

Por supuesto, hay muchos otros factores que pueden causar una tendencia a apretar y rechinar los dientes.

¿Qué se puede esperar de la terapia?

En la primera cita, te pediré que traigas el formulario cumplimentado con tus datos o los de tu peque, que te habré enviado de antemano. El formulario me proporcionará la información necesaria para obtener una visión inmediata de vuestra situación. Durante el tratamiento, a través de conversaciones y pruebas, obtendré más información sobre el dolor o el problema en cuestión.

Puedes traerme cualquier informe o radiografía, o incluso algún tratamiento o terapia que hayas realizado con anterioridad, para que los revise y adquiera más información sobre ti y tu cuerpo.

Tras examinar tu cuerpo, pasaremos directamente al tratamiento. Al final de la terapia, hablaremos sobre lo que puedes hacer por tu cuenta para resolver el problema, así como sobre lo que puedes hacer en casa.

A partir de toda la información que reciba de ti y de tu cuerpo, diseñaré el camino que me llevará a tu tratamiento individual.

Neonatos, bebés y niños y niñas

El tratamiento de bebés, niños y niñas y personas adultas es similar.

Sin embargo, los neonatos, los bebés y los niños y niñas son muy diferentes a las personas adultas. Los acontecimientos antes, durante e inmediatamente después del nacimiento, la complejidad del desarrollo de los distintos tejidos y órganos y de los procesos fisiológicos, así como el desarrollo sensoriomotor y emocional de los primeros años de vida requieren diagnósticos y terapias concretas, así como la atención y las explicaciones de la osteópata.

LA ESENCIA DE LA OSTEOPATÍA ES EL TACTO

Información y tarifas de osteopatía

La primera consulta de osteopatía es también la que más tiempo consume. Para obtener una visión completa del estado de un niño o niña (al igual que de una persona adulta), no solo son importantes los síntomas y los problemas que presente en el momento. Podemos recabar información muy valiosa al estudiar su pasado, por ejemplo, posibles sucesos durante el embarazo, el parto o los primeros años de vida, tal y como demuestran los resultados de las investigaciones científicas. Conocer su pasado me ayudará, como osteópata, a reconocer de dónde provienen las dolencias actuales.

La osteopatía funciona de forma holística. Así, no solo considero al ser humano (desde un recién nacido hasta una persona anciana) en un contexto físico, sino que la osteopatía también trabaja a nivel espiritual, mental y estructural. El pasado cobra luz y los recursos personales de cada cliente, su inserción en la vida familiar, su entorno y mucho más influyen en el tratamiento y el diseño de cada terapia individual.

A través del tacto con mis manos, obtengo información sobre el suministro de nutrientes a los tejidos, el correcto funcionamiento de los nervios, así como la depuración y el drenaje a través del sistema linfático y las venas. Realizo pequeñas pruebas en las articulaciones o las fascias.

Ningún tejido, hueso, órgano o músculo debería tener problemas de movilidad, elasticidad y movimiento. La osteopatía trabaja con varios ritmos, no solo con los latidos del corazón y la respiración. La osteopatía los utiliza como instrumento de examen y evaluación. Trata la limitación del movimiento y estimula la salud.

La información que se extrae de la anamnesis, la inspección, el examen y el masaje osteopático nos orientará en cuanto al camino que deberá tomar la terapia. También son muy importantes las tensiones familiares, así como posibles indicaciones que el paciente haya recibido en cuanto a sugerencias nutricionales o terapias de desintoxicación.

Siempre tengo en cuenta los últimos descubrimientos científicos en el campo de la neurología moderna.

Por ejemplo, sabemos que a menudo reflejamos los pensamientos y el comportamiento de las personas que nos rodean. Las llamadas neuronas espejo son las encargadas de que esto ocurra. Si lo aplicamos al ámbito familiar, los resultados de las investigaciones sobre las neuronas espejo explican un hecho ampliamente conocido: el nivel de bienestar de nuestros hijos e hijas dependerá siempre del de los padres. Si los padres están estresados, ellos también se pondrán nerviosos. Esta conexión empieza durante el embarazo y se manifiesta también en la infancia. Una familia siempre forma una unidad y así es como la tratamos en la osteopatía.

Si identifico desequilibrios, limitaciones u otros problemas en el cuerpo, intento comprender si se han producido por una caída, una cicatriz o una enfermedad. La falta de nutrientes y la salud emocional también pueden contribuir a desequilibrar el organismo.

El siguiente paso es examinar las estructuras concretas con una movilidad o unos ritmos corporales limitados. El tratamiento puede realizarse de forma pasiva, por ejemplo, colocando los tejidos en posición de relajación para conseguir una mejor circulación sanguínea. O bien puede requerir técnicas activas, como técnicas suaves de movilización.

También es importante que el o la osteópata se dé cuenta de que el origen de los trastornos suele estar en un lugar distinto al que presenta los síntomas. Por ejemplo, una cicatriz en el apéndice puede causar tensión en la columna cervical a través de la fascia, y provocar dolores de cabeza. Aunque también se podría actuar directamente en las zonas afectadas para resolver las limitaciones de movilidad de los huesos del cráneo o de la región del cuello, a largo plazo puede tener más sentido tratar la cicatriz, que en este caso es la causa de los síntomas en la cabeza. Las manos del o la osteópata se guían por el tejido. En esta profesión se dedican muchos años a entrenar esta sensibilidad.

Para que la terapia sea competente es esencial conocer bien las distintas etapas del desarrollo biológico, neurológico y psicológico del niño o niña.

Por ejemplo, se tratan los posibles problemas de lactancia, problemas para dormir, la tortícolis, los problemas digestivos, los problemas de deglución, los trastornos fonéticos, los problemas de concentración o de aprendizaje, las alergias, las infecciones de oído recurrentes y mucho más. También es importante ser capaz de evaluar los límites del propio tratamiento osteopático y trabajar de manera conjunta con terapeutas, pediatras, ortopedas y logopedas.